Zaragoza-Numancia, el derbi del postureo

El pasado 13 de diciembre fue el día esperado por muchos numantinos (y no tan numantinos) y zaragocistas: El derbi del Moncayo. Sinceramente, no iba nada motivada debido a la mala racha del Numancia, que aparte de no ganar, tampoco convencía en el juego, añadiendo además la buena situación del Zaragoza.
En el descanso, me llegan a decir que me iría orgullosa de mi equipo y no me lo creería, pero vamos, ni por asomo. Pero como esto es fútbol, es segunda división, y es el Numancia, cómo no, puede pasar cualquier cosa. En la segunda parte el conjunto numantino salió como lo que es: un equipo, un bloque; y a partir de ahí las cosas mejoraron. Sinceramente, disfruté del juego que desplegaba el Numancia, pero sobretodo de la actitud, del hambre de ganar, de no conformarse con el empate.
Pero de lo que quería hablar yo no es exactamente del mejor o peor juego del equipo, sino del partido que se juega en las gradas.

Existe una especie de personaje especial, que "huele" el derbi y desempolva su camiseta del Numancia que hace un año que no la toca: el numantino disfrazado. Me gustaría sentirme orgullosa de las imágenes que han estado saliendo en Canal + de toda la afición cantando sanjuaneras y animando al equipo, pero me estaría engañando, porque no es más que un lobo con piel de cordero. Hay gente que no puede ir a los partidos por vivir lejos o por cuestiones económicas, vale, cada uno decide en qué gastarse el dinero y no es para nada criticable. Pero, ¿es realmente una excusa?
Pongámonos en el caso en el que el club regala entradas a cada socio en un partido cualquiera. Desde mi experiencia, los dos años que he tenido esta posibilidad me he quedado con las entradas en la mano, y no soy la única. En ambas ocasiones las ofrecí por las redes sociales, especialmente por Twitter. Nadie se manifestó, alguno me dijo que quizás,pero al final, nada. ¿Dónde están esos numantinos de Zaragoza? Pues debajo de las piedras esperando otro derbi del Moncayo. Ni ofreciendo entradas la gente va. Al final me quedo con la sensación de estar suplicando que por favor me cojan las entradas, cuando debería ser al revés. ¿Pero no os dais cuenta que son GRATIS? Ah, ya sé, claro... que es que no hay verbena, ni charanga, ni barra libre de cervezas y torreznos, ni siquiera va a ser enfocada la grada en la televisión... Simplemente es un triste partido de fútbol, encima del Numancia... espera, ¿Numancia?¿Qué es eso? Ah sí, ese equipo que se supone que animo dos veces al año... Bueno, mejor me quedo en mi casa calentito, ya me subiré al carro cuando venga el Zaragoza y alardearé de lo numantino que soy.
Sinceramente, prefiero un desplazamiento a Miranda, Alcorcón... Que en distancia apenas se diferencian con Soria-Zaragoza, porque aunque no conozca a mucha gente, no me siento extraña, porque estoy con aficionados que van a ver al Numancia, y es que en La Romareda me siento rodeada de numantinos disfrazados que solo van a la fiesta.

Os recuerdo que el Numancia nos necesita siempre,no dos partidos. Claro que estoy orgullosa de la afición numantina, pero de esas personas que bajan al campo a  -0º, que cada vez que tienen la ocasión, van a ver un partido, esas personas que moverían el mundo por ver al Numancia, esos que aunque estén lejos, tienen al Numancia en el corazón. Para todos ellos, volveremos. ¡Aúpa Numancia!